sábado, 17 de abril de 2010

Manifiesto del EZLN

Al pueblo de México:

A los pueblos y gobiernos del mundo:

Hermanos:
No morirá la flor de la palabra. Podrá morir el rostro oculto de quien la nombra hoy, pero la palabra que vino desde el fondo de la historia y de la tierra ya no podrá ser arrancada por la soberbia del poder.

Nosotros nacimos de la noche. En ella vivimos. Moriremos en ella. Pero la luz será mañana para los más, para todos aquellos que hoy lloran la noche, para quienes se niega el día, para quienes es regalo la muerte, para quienes está prohibida la vida. Para todos la luz. Para todos todo. Para nosotros el dolor y la angustia, para nosotros la alegre rebeldía, para nosotros el futuro negado, para nosotros la dignidad insurrecta. Para nosotros nada.

Nuestra lucha es por hacernos escuchar, y el mal gobierno grita soberbia y tapa con cañones sus oídos.

Nuestra lucha es por el hambre, y el mal gobierno regala plomo y papel a los estómagos de nuestros hijos.

Nuestra lucha es por un techo digno, y el mal gobierno destruye nuestra casa y nuestra historia.

Nuestra lucha es por el saber, y el mal gobierno reparte ignorancia y desprecio.

Nuestra lucha es por la tierra, y el mal gobierno ofrece cementerios.

Nuestra lucha es por un trabajo justo y digno, y el mal gobierno compra y vende cuerpos y vergenzas.

Nuestra lucha es por la vida, y el mal gobierno oferta muerte como futuro.

Nuestra lucha es por el respeto a nuestro derecho a gobernar y gobernarnos, y el mal gobierno impone a los más la ley de los menos.

Nuestra lucha es por la libertad para el pensamiento y el caminar, y el mal gobierno pone cárceles y tumbas.

Nuestra lucha es por la justicia, y el mal gobierno se llena de criminales y asesinos.

Nuestra lucha es por la historia, y el mal gobierno propone olvido.

Nuestra lucha es por la Patria, y el mal gobierno sueña con la bandera y la lengua extranjeras.

Nuestra lucha es por la paz, y el mal gobierno anuncia guerra y destrucción.

Techo, tierra, trabajo, pan, salud, educación, independencia, democracia, libertad, justicia y paz. Estas fueron nuestras banderas en la madrugada de 1994. Estas fueron nuestras demandas en la larga noche de los 500 años. Estas son, hoy, nuestras exigencias.


miércoles, 14 de abril de 2010






Los integrantes del grupo oriundo de Escocia, Camera Obscura, podrían ser (sin problema) tíos de la mayoría de los asistentes a su concierto y la noche del martes en El Lunario lo dejaron muy claro desde el primer momento que tomaron el escenario: Tracy Campbell y Carey Lander (guitarra y voz, órgano y voz respectivamente) con sus lindos vestidos hicieron gala de su gran carisma mientras que Kenny McKeeve (guitarra), Gavin Dunbar (bajo) y Lee Thompson (batería) con camisa formal y pantalón de vestir, acompañados por un músico invitado (que bien podría ser sobrino de todos ellos) encargado de las percusiones y la trompeta vestido con chaleco y camisa, tomaron prestado el escenario del recinto ubicado en la avenida Reforma para hacerlo completamente suyo.

Como era de esperarse, el set fue diferente de su visita del año pasado y para sorpresa de la banda, ésta vez sus canciones fueron coreadas con más fuerza y más sentimiento que en su presentación anterior. “French Navy” fue la primera canción de la noche en la cual el público se convirtió en el coro de Camera Obscura y dejó atónitos a los escoceces al cantar a todo pulmon el coro de dicha pieza. Después vinieron highlights fueron “Teenager”, “Hey Lloyd, I’m Ready to be Heartbroken”, “If Looks Could Kill”, el encore “James” así como las dos piezas con las que decidieron despedirse de su público mexicano: “Let’s Get Out of this Country” y “Razzle Dazzle Rose”.


Más que un concierto, Camera Obscura ofreció a sus fans un recital íntimo y lleno de melodías que remiten a la infancia, a cuando todo estaba bien y uno no tenía que preocuparse por pagar la renta ni por ningun otro problema, disfrazados y en su papel de tíos buena onda, la banda escocesa dejó un grato sabor de boca, muchas caras felices y una sensación de que por hora y media, nada malo sucedía a nuestro al rededor, no había desastres ni terremotos (aunque minutos después del fin del concierto tembló en el DF).